miércoles, 14 de julio de 2010
Viento de libertad
¿ Será verdad que la vida nos depara con el tiempo aquello que soñamos intensamente? Una de las cosas que me regaló Fer, fueron sus hermanos. Para una hija única, es algo desconocido y anhelado, sí mucho.
Mari y Mer, son mis hermanas pequeñas, soy algo mayor que ellas, unos años apenas. Mis amigas son un poco mis hermanas. Mis primas también, siento una comunión especial. De sangre, espiritual. Como la conexión que Mari Mar, mi prima, tiene con sus caballos.
Y aquí estoy con mi guía espiritual, digo ecuestre, que nos enseña a coger las riendas de la vida, seguir la tanda firme sin perder el paso, el cuerpo y el alma equilibrado, a fin de cuentas, también con el pensamiento nos comunicamos con el caballo, sí. Su sensibilidad es tal, que notan tus ordénes, tus caricias y te transmiten una serenidad y paz infinita, cuanto que aprender de estos animales tan bellos...
Nos lleva Mari Mar, mirada firme de ojos azules, a través del eucaliptal a la playa, "- Mira, prima un nido de milanos en aquel árbol.-" Primero el bosque, con sus estrechas sendas plagadas de zarzas, de endrinos, de maleza, hoy salpicada por pañuelos de perlas.
- ¿ Te has fijado en los montones de telarañas con gotas de lluvia?- me preguntaba Asia, nueve años de curiosidad y alegría.
Telarañas perladas nos regala hoy la naturaleza y las lluvias refrescantes de la noche. Y luego a trotar a la playa, Mari Mar a la cabeza, detrás Asier, mi sobrina Olatz, mi prima Asia, Clara, Inés...caballos, niños, naturaleza...Fer no está, pero sí está conmigo, cabalga un pura sangre. El ahora es viento de libertad.
lunes, 28 de junio de 2010
Llama que arde
Fuego en la cabaña de mi prima Luisa.
¿ Cómo podríamos vivir sin admirar algo? ¿ Sin necesitar una persona, un paisaje, una cosa? ¿ Puedo vivir sin Fernando, la persona a la que más quería y admiraba? Si, puedo vivir. Escribo esto. Sobrevivo ahora.
La fuerza que hace que respire, que piense, que coma, es la llama que arde en mi corazón: inextinguible, firme, duradera.
Dice Salomón en el " Cantar de los Cantares" que es fuerte el amor como la muerte. Soy yo ahora campesina, llorando la muerte de mi pastor: " En mi lecho, por la noche busqué al amado de mi alma, busquéle, y no le hallé. Me levanté y dí vueltas por la ciudad, por las calles y plazas, buscando al amado de mi alma, busquéle y no le hallé." Cantar de los Cantares ( 3:1,2)
Espero que la fuerza de esta llama, consiga alimentar mi espíritu para seguir adelante, encienda mis ilusiones, me ayude en los baches del camino, en la búsqueda vital...¿ Qué es una pasión, un trabajo, una ilusión sino un camino para huir de la muerte?
Y en esta selva que es la vida, están las llamas inapagables de nuestros muertos y el fuego impetuoso de los que nos rodean. Ambos necesarios para vivir. Y escucho de fondo a Serrat cantando Los versos de Miguel Hernández: " ...besándonos tú y yo se besan nuestros muertos, se besan los primeros pobladores del mundo...".
La vida y la muerte, qué misterio. Como me dijo mi prima Luisa, ante la tumba de Fer: " él diría ahora: hasta lueguito."
martes, 8 de junio de 2010
Siempre con Fer
martes, 4 de mayo de 2010
Gacela teme a León
Una de mis guaridas.
Dicen que para enfrentarse al miedo hay dos posibilidades. Luchar o huir. Y alguna más, como refugiarse en alguna parte.
He leído hace poco que le es más útil a la gacela correr velozmente para huir del león que al león para comerse a la gacela. Porque el león, aún cuando la gacela huya,puede reproducirse,mientras que la gacela,si no se salva,no garantiza su descendencia.
A veces, el miedo me paraliza. Y huyo de diferentes maneras,todo por no enfrentarme al león que tengo delante. Feroz. A punto de devorarme. Hay días que tiraría la toalla fácilmente. Todo es dejarse llevar,como frágil rama en mitad de una tempestad. Otros días me siento gacela haciendóle frente al león. León,que no es sino la vida en ciertos momentos.
Pero están los que me rodean. Siento su energía, su alegría, su apoyo...pienso también en los que me precedieron, su lucha,su sangre, todo el amor que me dieron. Pienso en el presente, las miradas cómplices, las sonrisas cercanas. Esá la primavera llamándome en cada rincón. Y cada día un cielo diferente. Y la lluvia en la cara. No debo tener miedo. León no es feroz. Y están los que me rodean.
martes, 6 de abril de 2010
El fonendo y yo
jueves, 18 de marzo de 2010
Sentada en una duna
el origen de muchas cosas, puede ser
espiritual. Aquí, la causa de casi todo
es siempre el peso de la materia"
Josep Pla
Me reconcilio con el mundo la mañana soleada, que salgo de casa sin nada que hacer. Sin rumbo. Miento, la brújula de mi corazón me lleva hasta la playa,la temperatura es agradable, me descalzo, puedo andar hasta agotarme...
La brisa cálida en el rostro, los pies fríos. Llegar al Puntal lleva su tiempo. Depende del paso. Andar sola. Sin equipaje, sólo con tus pensamientos. Eres más libre que nunca.
Nada de llevar libros o cuadernos. Nada de música, sólo el ruido de las olas. Dejarte embriagar todos los sentidos. Sé que allí, al final de esta larga bahía, me espera mi duna. Perfecta para descansar, cobijarme en su regazo, soñar. Tiene la altura suficiente para otear los barcos piratas en el horizonte. Y la flora que me permite la intimidad, el escondite. Que bien caminar el tiempo que quiera, a mi ritmo, sentarme el tiempo que necesite...
La ligera brisa me broncea y acaricia al tiempo. Cosquillea la arena en mis pies. Pienso. O no pienso en nada. Me dejo llevar. Diviso al fondo la suave ondulación de mi territorio. Son curvas sinuosas, sensuales, huele a mar y a brezo. Estar en medio de estas grandes dunas es fascinante. Hay que sentarse cuando el sol esté arriba, explosivo, radiante, iluminando cual Dios, a esos seres pequeñitos que deambulan allá abajo. El sol, como león feroz nos deslumbra. El mar al lado, nos empequeñece.
Hay un momento sentada en la duna en que me invade el entusiasmo. No tiene explicación, es una felicidad casi escandalosa, explosiva, sin sentido alguno. No tiene origen, ni raiz definida. Soy feliz, sentada en la duna. Sólo eso. No pienso en nada ni en nadie. Soy.
Hay un momento en que me excluyo de todo. De todos. Por fuera y por dentro. Es como ser el centro del universo. DE repente todo gira en torno a ti. Sólo hay cielo, mar, arena. Pequeñas figuras a lo lejos,difúminandose en el paisaje. La luz del mediodía crea una neblilla delante de tus ojos. Es cegadora.
En mi oasis percibo que soy una mujer solar. Meditérranea. De geranios rojos y ensaladas de tomates y aceitunas negras, de alcaparras y queso de cabra. De tribus de tuaregs. Algún ancestro muy lejano. Quizás del Edén bíblico. Yo que sé. Hay gente que defines con dos palabras. Yo soy de olivos, alcornoques, algarrobos. Esas especies exóticas aquí en el norte. Ver un cacharro de barro me gusta. Ver un ánfora me emociona. Tiendo permanentemente a buscar el sur.
Para resarciar esta necesidad espiritual quizás tenga que montar en camello o aprender a hacer un buen gazpacho. Sacar la gitana que llevo dentro. No creo que sea un asunto díficil. Todo es ponerse.
sábado, 20 de febrero de 2010
De bribones y filibusteros
Cuando miro los borreguitos en el mar, pienso en toda la gente que quiero.
Los marinos llaman "ir aterrado" a ir navegando cerca de la costa. Yo voy así muchas veces. A punto de zozobrar. Al límite. Cuando el temporal me da un respiro,aparece otra galerna en el horizonte.
El inmenso monstruo marino que tenemos que vencer lleva un nombre impronunciable. Es un bicho fuerte, agresivo, de una fiereza díficil de controlar. Tener un arpón para capturar la ballena te deja indefenso ante el océano de la vida.
Sé que hay trucos: Podemos ser Jonás e introducirnos en ella y vivir un sueño imposible, pero cálido dentro de sus fauces; mirar las cabrillas que se mueven juguetonas sobre las olas. O pronunciar las palabras mágicas, que abren el cofre lleno de doblones de oro:
" Botella de ron, goleta, pirata con pata de palo, filibustero, catalejo de bronce, grumete, mapa de una isla desconocida, brújula, tonel con manzanas, bribón, chalupa, conchas..."
Cuando se abra el cofre, hay que coger un puñado de monedas y lanazarlas al aire, algunas caerán sobre cubierta, otras sobre el mar infinito ! Cómo brillan al estrellarse contra el océano!
Todo esto hace que los monstruos marinos desaparezcan. En el horizonte aparece Moby Dick. Un chorro de agua sobre su cabeza es la señal. Nada malo va a suceder.
viernes, 5 de febrero de 2010
Repitiendo pisadas y quizás algún pensamiento...
Para comprender el shock visual,sensual, espiritual de este milagro hay que pisar la playa, las dunas y mirar enfrente la extensión brutal y enorme de un mar que ruge. La nieve, que cruje ante mis pies, pienso en un iglú y en trineos...meses antes el desierto del sahára abrasaba mis talones. Estoy sobre una duna nevada, fugaz, cambiante...como esta nieve caprichosa e inesperada.
Andar por la playa o por un camino cualquiera es una forma de terapia. Mientras caminas, piensas. Pones en orden tus pensamientos.
Mi padre caminaba y cogía " chirlas" en su pañuelo. Coquinas en el sur. Finas almejas que se preparaban con un ligero sofrito de ajo y perejil. Con un puñadito de arroz. Cerrabas los ojos y te sabían a mar. Con mareas bajas cogíamos chirlas y "muergos" en esta playa. Navajas. En Santoña las pone muy ricas a la plancha. ! Qué ricos los muergos!!
Me contaba mi padre que mi abuelo Emilio, recorría todos lod días este largo arenal, le llamaban " Costalón". Volvía a cas con pulpos, jibiones o peces que el mar devolvía a la costa. Iba con un largo abrigo negro en invierno. Pescador y labrador. Hombre del pueblo. Encarcelado más de cinco años tras la posguerra, por ser de izquierdas...
No conocí a mi abuelo, que falleció en 1956, pero cuando paseo por la playa me imagino que en mis pisadas, quizás en algún pensamiento, en algún gen, gesto...quede algo de ese hombre que luchó por un idealismo, por unos derechos, que no llegó a conocer. Tras su dura coraza exterior, había un hombre solidario, siempre con una mano que tender...pese a perder su libertad, a su mujer, a varios de sus hijos...le quedó su dignidad,su honor, su playa...sus pensamientos. Sé que mi padre que nunca lloraba, no pudo reprimir las lágrimas ante su muerte.
Cuando camino sola, por esta playa, me dejo llevar, a veces pienso, en mi padre, en mi abuelo, que ya no están! qué díficil seguir su estela! ! ! Ser valiente, digno, honrado!
Intento caminar a mi paso, la frente alta, una sonrisa, la flor en el pecho. Hija y nieta de Emilio Rentería. Y ahora, sin miedo a las palabras. Ni a la verdad. Sin miedo.
sábado, 30 de enero de 2010
Maravillas
Un rincón de la casa de Marta.
"...Ponerse de espaldas al gran fuego de leña,avanzar hacia la puerta,sintiendo en los pómulos la dureza metálica del frio, y tener la visión repentina, instantánea de los almendros en flor." Josep Pla
Estar a gusto, ser uno mismo, sentir que aquí no te puede pasar nada malo, que te quieren, que puedes hablar o no decir nada. Sentarte al lado del fuego o salir afuera a ver el minihuerto con sus puerros y cebollas, ver las alubias cocer lentamente en el fuego de leña...todo eso es la casa de Marta en Riancho.
Verla con las botas y el chubasquero, el cabello rubio rizado sobre los hombros, con su andar ligero, grácil, moviendo las caderas de una manera especial... Sin miedo al vida. Sin miedo va Marta a podar unos árboles,llevando adelante una casa, un proyecto, que no sólo es una casa rural, y cuando mira directa con esos ojos azules, es mar y es azul, no puedes engañarla, ni defraudar a alguien como Marta.
Afuera llovía, el rebaño de ovejas buscaba refugio en la cuadra vecina. La bruma envolvía la cumbre del Pico Ranero. Un grajo se posaba en un árbol cercano. Marta dijo que también podía venir a comer " Luis el afectau" qué pusiéramos un plato por si acaso. Estaba en todo. Cómo había dejado de fumar, se fué a pasear bajo la lluvia, a la huerta, a hacer ganchillo...Unos "manchaus" en las tascas del pueblo y a sentarnos a comer. En los orujos cantamos alguna canción montañesa:
" Dicen que las pastoras huelen a sebo
menos la mi morena,que huele a romero,
quitáte niña de ese balcón..."
Embriagada de felicidad, tambíén los orujos hacian lo suyo, sentí el anhelo por un momento de ser pastora. Pero para eso hay que ser leona feroz. Y no soy más un leoncillo juguetón. En esta selva que es la vida.
miércoles, 20 de enero de 2010
Manuel LLano: escritor montañés
Leer a Manuel Llano es recuperar palabras, sentimientos, paisajes, dolor, ilusión y alegrías. Decía Unamuno que leer su obra es volver a la infancia. " La niñez es la antigüedad del alma".
Decir lumbre, abarcas,rastrillo, borona...es un sentimiento muy hondo. Algo se remueve muy adentro en las entrañas,cuando lo oimos.
Recuerdo en Carmona, Cabuérniga; a una viejuca con las abarcas y un mazo de leña al hombro. Parecía que el tiempo se había detenido. Qué allá arriba en las cumbres nos miraban los bisontes. Y abajo, al amor de la lumbre en el largo invierno se esculpían las abarcas,madera y navaja en mano, mientras se pienas o se canta...
Quizás en esos largos inviernos, guareciéndose de la nieve, Manuel Llano oyó las historias de las brujas y los duendes del bosque, oyó hablar de la Anjana, el hada buena y del Trenti, ese duendecillo malicioso y pícarón, que levantaba la falda a las mozas cuando iban a la fuente, o a recoger leña...
Murió prematuramente, Llano, apenas cuarenta años, dejándonos un legado de un valor incalculable. Nos dejó sus paisajes, nos contó de campesinos, mendigos, vaqueros, jándalos, niños y viejos, todos aquellos que compusieron su mundo, tan rico, tan grande, tan hondo como su lenguaje , como su alma, el alma de la montaña. El decía:
" Una remembranza de lirios o espinos infantiles es lo mismo que un pico suave de paloma desbaratando el nido de unos cuervos...(...)...es lo mismo que salir de las manos de un malvado y sentarse a descansar en las rodillas de un patriarca."
Qué grande, qué sabio.