domingo, 7 de junio de 2009
Andrakas
Cerca de Gorliz y Plencia, en la costa vasca. Hemos celebrado comida familiar en Andrakas, en una colina. Abajo, la costa, el mar. Arriba suaves praderas ondulantes rodeadas de bosque, el sitio paradísiaco. He rodado colina abajo junto a mis sobrinos Joseba y Jagoba. Era para tirarse al "prau". Un poco antes El aldeano, como dicen por aquí con la txapela tiraba de los bueyes. El antiguo caserío estaba invadido de niños que disfrutaban, era para desconectar. Lo mejor de todo la abuela Carmen, que no era la mia sino la de Vega, sonriente t con caracter, que para eso es de Haro. Dicen que la cara es el espejo del alma, ! que gran verdad!. Con ocheintaitantos y qué ilusión, qué mirada tan expresiva...yo quiero llegar. Y qué me hagan un retarto con mis arrugas. Yo posaré. Quedaré inmortalizada. Aunque mi mirada no sea tan interesante como esta viejuca de Haro, la abuela de Vega. Con sus ojos lo decía todo. Maravilla.
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